“Un café con…” GUILLERMO DUFRANC- Experto en Packaging y Project Manager en Tridimage

EMPACK MADRID –  Tienes una larga trayectoria en el sector del packaging y te defines a ti mismo como un apasionado por cambiar el mundo a través de él ¿A qué te refieres con la premisa de “cambiar el mundo” y cómo ves la evolución del sector en los últimos años?

Guillermo Dufranc – El mundo lo hacemos las personas, y si cambiamos nuestra relación con el consumo y los envases vamos a lograr reducir nuestro impacto en el planeta. En mi experiencia personal en diseño de packaging, me obsesionaba con solucionar el problema de los residuos. Pero al tiempo entendí que el desarrollo sostenible tiene que ver con el ciclo de vida completo, desde que se diseña hasta su fin de vida. Misteriosamente, este último punto era completamente ignorado por todos, pero es sin duda la raíz del problema ambiental que hoy tenemos antes nuestros ojos.
Desde el diseño podemos crear sistemas de producción y consumo que sean circulares, donde los materiales usados no sean considerados desperdicios sino recursos valiosos.
Las propuestas comerciales y de diseño más innovadoras son las que logran integrar el pensamiento circular, donde los envases se reutilizan múltiples veces antes de pensar en reciclarlos. Tanto desde el diseño de experiencias de recarga o recuperación, la comunicación y los envases mismos, podemos promover cambios de comportamiento que finalmente nos ayuden a cambiar el mundo que tenemos por uno más limpio.

 

E.M – Recientemente vió la luz tu último libro “Mis historias de packaging”, que cuenta casos de éxito reales de diferenciación a través del packaging ¿De dónde surge la idea de escribir este libro? ¿Cuáles crees que son las enseñanzas más valiosas que se pueden obtener de él?

G. Dufranc – Mis historias de packaging es un viaje al corazón de las marcas y el packaging contado en primera persona, con anécdotas de mi vida personal, profesional y también de algunas marcas que tienen historias que merecen ser contadas.

Quería contar las ideas que dan forma a la gestión de la marca (branding) y el papel de los envases en la creación de recuerdos. Recuerdo cómo me impactó Fido Dido y la forma del Toblerone en mi infancia, y es porque sus diseños tienen características especiales que los hacen memorables.

Cuento los secretos de la diferenciación y por qué es preferible ser alguien para pocos que para muchos. Como se hizo para trasladar el concepto de una joya a una marca de agua con una botella reconocida en concursos de diseños.

Analizo el papel fundamental que tiene el diseño en la creación de diferencias competitivas para las marcas. Invertir en diseño no solo puede ayudar a vender más, sino a evitar vender menos.

También vemos como hacen las marcas mundiales para cambiar la percepción aparente de su valor, como algunos envases se visten de fiesta y otros terminan dando vergüenza.

Vamos a hacer una parada por las nuevas rutas que transitan hoy las marcas y los envases, como la necesidad de mostrar honestidad mediante el diseño de packaging, los cambios de la industria de alimentos con respecto al azúcar y que la era que vivimos es el fin de los fines y el comienzo de los comienzos.

Finalmente, están los capítulos que más me gustan donde me atreví a considerar el tema del descarte, la basura que tiene mucho que ver con la ética, educación y la colaboración. La sostenibilidad no se logra con un solo esfuerzo.

 

E.M –  Al final, el packaging es una forma de satisfacer al consumidor mediante tamaños adecuados, materiales e intereses sociales. ¿Qué es lo que está demandando ahora el consumidor que está marcando las tendencias del sector?

G. Dufranc – La mayor de las fuerzas que está traicionando a las empresas es lo de reducir el impacto ambiental. Esto es bueno porque demuestra que hay mayor conciencia y promueve nuevos desarrollos, pero la parte mala es que hay una gran confusión, por lo que muchas soluciones terminan siendo problemas.

Todos están como locos preguntándose cuál es el material mágico que hacen que un envase sea sostenible. Pero la realidad es que ningún material nos excluye de hacer lo que tenemos que hacer. Que es crear nuevos sistemas de consumo, producción y recuperación de los envases. Eso tienen que venir acompañado con la educación al los consumidores y generar un cambio de comportamiento.

Entre los comportamientos más destacables están los esquemas de recarga, donde el usuario rellena con producto sus propios envases, o bien que los devuelven vacíos para obtener uno nuevo.

Otra de las grandes tendencias es librarse del plástico, pero esto tiene un coste a considerar, que los otros materiales como vidrio, metal, papel o cartón tienen mayor huella de carbono. Pero se pueden amortizar sus impactos mediante la reutilización y el reciclaje.

Para que el reciclaje funcione tiene que haber una red de recolección y clasificación eficiente y compromiso de todos. Además, la realidad es que muchos materiales no tienen valor de reventa y eso hace que nadie quiera ocuparse de reciclarlos, por eso si una empresa utiliza materiales reciclables también debería generar la demanda de ese material del post-consumo para que el material tenga valor en el mercado.

 

E.M – “Minimizar, compostar y reutilizar” son las claves que se defines como el futuro del packaging, háblanos un poco más sobre este futuro, ¿Dónde residen las claves ahora mismo del futuro del envase y el etiquetado?

En esas tres palabras se resume lo que sería la solución sostenible más eficiente que creo que puede haber. Primero lo de minimizar para reducir la cantidad de materilaes que se utilizan para un envase. Deberíamos tender a minimizar la mezcla y la cantidad de peso de material que se usa. Aunque algunas combinaciones como los bag in box (cajas con bolsas en el interior) tienen varios beneficios si usan poca cantidad de cada material.

 

Minimizar también tiene que ver con no producir demás o hacer por hacer para ayudar a no incentivar el consumismo, porque eso nos lleva a tomar decisiones impulsivas que tienen que ver con necesidades emocionales que no consideran el impacto ambiental.

En relación a compostar, es la solución para los residuos orgánicos de los alimentos que consumimos combinados con materiales compostables. Como por ejemplo el papel engrasado, que no puede ser reciclado o algunos, y digo solo algunos, de los bioplásticos.

Hay muchos bioplásticos, algunos son biodegradables, pero no todos son compostables. Por eso, cualquier biopolímero, biodegradable o no, bisbisado o no, para mi no sirve de nada sino es compostable.

Si no se composta, no debería existir. Porque si se mezclan bioplásticos con plásticos reciclables como el PET, terminan contaminando el material y al final no sirve de nada ninguno de los dos.

La reutilización es la clave para que los envases no terminen en el medio ambiente y también evitan saturar el esquema de reciclaje, que debería ser el último, ultimísimo recurso para procesar los materiales que fueron reutilizados, para crear nuevos envases reutilizables.

Con este esquema, no deberían existir residuos en el mundo y se haría realidad mi sueño, que consiste en que donde hoy hay vertederos, hayan campos de flores.

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